Ha sido un cambio muy radical pero un cambio que siempre voy a agradecer

>>s: dieciséis años de casados. Él un día decidió venirse, un día me dijo ¿vamos a ir de vacaciones? Venimos de vacaciones a ver a mis padres y, a la segunda ocasión, me dijo ¿vamos a ir a ver otra vez a tus papás? Pero yo lo veía que él cerraba las puertas muy bien, ponía chapas en las puertas, ponía rejas extras en las ventanas y yo decía pues ¿qué está pasando, si sólo vamos de vacaciones? Bueno, él decía, por si nos tardamos un poquito más. Y ya, en eso que nos hemos tardado ya once años… así que bueno, ha sido, ha sido un cambio muy radical, pero un cambio que siempre voy a agradecer, porque lo que encontré aquí, ha sido más valioso que lo que yo tenía en México. Quizá no lo entendía, pero ahora entiendo que lo que yo encontré aquí, la abundancia, como dije, de todo, pero sobre todo de Cristo, no lo hubiera tenido en mi país y, sobre todo, en San Luis, que es una ciudad tan tradicionalista y que las costumbres, muchas veces toman el lugar y de la creencia fiel, de la creencia verdadera, de la creencia real… te fuerzan a creer algo que no sientes o que no quieres y aquí tienes la decisión de descubrir lo que de verdad quieres, lo que de verdad sientes y de expresarlo libremente, y eso es lo que aprecio de este país. Hay tantas cosas por que darle gracias a Dios en este país. Sufrimos mucho, padecemos escasez cuando llegamos, pero no nos debemos de sentar a llorar o a anhelar lo que no tenemos, debemos disfrutar lo que tenemos y debemos cada día de salir adelante con lo que podemos, tratando cada día de no tomar ventaja de alguien más o de no dañar a alguien más, sino es salir adelante por lo que tú tienes y por lo que tú puedes hacer y agradeciendo lo que tienes. Y bueno, pues como yo dije, me faltarán muchas cosas, pero el poder estar aquí con mis hijos, lo aprecio, lo aprecio bastante y bueno… el estar con mi esposo, que es un hombre trabajador. Es un hombre sencillo, es un hombre que no me ha dado lujos, pero