Mi papá decidió comprar un terrenito de 7 acres

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Mi papá decidió comprar un terrenito de 7 acres

Paul W.

Geographic Region

Central

Country of Birth

United States

Age Range

45-64 years

Transcript

>>s: Así que Monterrey por más grande que sea, uno no lo aguanta. Saltillo es mucho más bonito. Total que mi papá decidió comprar un terrenito de siete acres, no recuerdo cómo se cambia eso a hectáreas. Pero dos o tres hectáreas a lo mucho... pero un rancho, rancho, que rancho... en las afueras de Saltillo que era un trigal, a wheat field. Donde uno riega con la pura acequia de agua que corre de un ojo de agua por todos esos pueblitos. Uno paga poquito y te toca el agua de alguien ahí con... [ Inaudible ] Ya, tienes que... en esta, en este rancho la gente riega sus tierras, su trigo, su maíz, lo que siembra, siembra, lo riegan con agua que corre en las acequias y tiene uno que usar el azadón para cerrar aquí, abrir acá y ciertas horas pasan, inundas tus tierras, cierras, abres y sigue el que sigue, el que el vecino o el que haya pagado para el agua de esas horas que siguen. Así que ahí mi papá compró, por ochocientos dólares se compró ese terrenito. No había luz. No había un pozo de agua. Era un sólo trigal. Pero poco a poco después de... mi papá encontrara a un señor que le encontró el mejor lugar usando el método antiguo... eh... dos varitas. Le dijo aquí es en donde usted puede hacer un pozo. Le va a salir el agua. Aquí es el mejor lugar. Entonces escarbó... y mi papá contrató a personas que le escarbaran para este pozo. Usaron ah... pico, pala. Usaban... yo estaba ahí un poco, ayudé un poco, pero ah... no mucho. Usaban dinamita, porque era piedra, cascajo como dicen allá en Saltillo. Muy duro. Al fin encontraron agua y siguieron escarbando para que hubiera más... entonces ah... ahí empezamos nosotros a usar esa agua para beber, etcétera. Y mi papá empezó a construir casas para el orfanatorio. Y construimos una. La primera... y tan pronto estuvo casi terminada nos cambiamos los cuarenta para esa casa. cuarenta, claro, niños pequeños de tres años para arriba, hasta mi papá y mi madre, toda la familia. Éramos cuarenta los que estábamos allí. Allí dormíamos bien, bien apretaditos, las mesas las poníamos una arriba de la otra.