>>s: Mis hermanos y hermanas, bueno nada más tengo un hermano y tengo cinco hermanas y obviamente el hermano por ser el niño, el hombre, era el más consentido, obviamente era el único que tenía su propio cuarto caramba, nosotras teníamos que compartir nuestros, nuestro cuarto, teníamos tres niñas por cuarto, este, qué más te puedo decir acerca de mi hermano, es doctor, y porque mi mamá tenía la, la tradición de que el hombre no hace nada, en cuanto a la casa no hace nada, no cocina, no lava, no limpia, él nada más llegaba con mi papá, los dos se sentaban y nosotras teníamos que servirles para que ellos comieran y mi hermano era el único que podía dejar el plato en la mesa cuando él terminaba y el resto de nosotras teníamos que recoger todo, y limpiar la cocina y todo. Entonces cuando yo estaba chiquita a los ocho años mi mamá me empujó la silla al fregador que es lo que dicen ustedes sink, porque no teníamos máquina para lavar entonces todos nos teníamos que rotar para lavar la cocina, dejar la cocina impecable porque mi mamá era una persona muy limpia, y a los ocho años me dijo mi hijita, feliz cumpleaños, tienes ocho años, y hoy ya puedes participar en la rotación y desde ese tiempo ya me veías lavando los trastes, ya era parte de la rotación, mi hermano nunca, porque era el niño, pero una vez mi tía vino a visitarnos de California y me vio lavando trastes y ella me dijo ay mi hijita no puedo creer que estés tan chiquita y ya estés lavando trastes. Y mi mamá pues claro que sí ya es una mujer tiene que aprender a lavar trastes. Y ella me dijo mi hijita, en América y en los Estados Unidos los hombres lavan trastes. Y yo le dije no tía. Y ella me dice sí los hombres lavan trastes, los hombres planchan, los hombres les ayudan a las esposas a limpiar la casa. Entonces yo volteé a ver a mi mamá y le dije mamá cuando yo sea grande me voy a casar con un americano. Y sí me casé con un americano y sí lava trastes. Ahora mis hermanas, yo fui la última, como