>>s: a Tierra del Fuego, en Asunción… eh… en Ushuaia, la capital de Tierra del Fuego. Allí se me dio por tener una mascota, ni perro, ni gato, no, un pingüino me fui a agarrar. Entonces, claro, hay pingüinos por todos lados en ese lugar, uno va a la playa y ahí están los pingüinos y los pingüinos son muy curiosos… son el animal más tonto que hay en el universo. Entonces, uno se acerca al pingüino y te mira el pingüino, nada más o menos se van, pero no se van muy lejos y se quedan ahí mirando, son muy curiosos. Por eso es fácil de agarrarlos, ¿no? En tierra son torpes no pueden caminar muy bien, una vez que se tiran al agua, ya desaparecieron… pero en la tierra… entonces, me agarré un pingüino, me lo llevé al hotel en donde yo estaba, y lo tenía en el patio, ¿no? Ahí lo tenía en el patio, tenía un pingüino yo como de mascota, lo llamaba Pepe. Entonces, me iba al supermercado y compraba pescado para darle y se lo… y le daba el pescado, porque no comía nada y, entonces, uno, uno de los compañeros de trabajo de ahí del local, me dijo el pingüino no va a comer nunca un pescado muerto, los pingüinos están acostumbrados a agarrar el pescado vivo, el pez, pez vivo, pero un pescado tirado, ahí en el piso, muerto, no sabe lo qué es eso, no lo va a comer… así que bueno ya llevaba como una semana de no comer el pingüino, entonces decidí bueno lo voy a llevar, lo dejé… lo solté en la bahía y se fue. Bueno esa fue mi experiencia de tener un pingüino, no comen… hay que tener, si vas a tener un pingüino, tienes que tener una piscina en donde tengas peces y ahí pueda comer su pez, pero después… bueno… es… le, ¿cómo es? Les puedo contar después, después que salí de Tierra del Fuego. Los extremos, desde la congelación de Tierra del Fuego, de Ushuaia,