>>s: y me volví a Buenos Aires. De… no quise trabajar más en esa compañía, porque no quería trabajar más en el fin del mundo, así que estuve desempleado por un tiempo, hasta que uno… un hermano de la iglesia en Asunción, Paraguay, me dijo vení, Esteban, acá a Paraguay, a Asunción, que vamos a tener una conferencia el fin de semana, ¿no? Viernes, sábado y domingo. Así que le dije a mi mamá bueno, voy a ir a esa conferencia. Era jueves y le dije a mi mamá vuelvo el lunes. Y volví dos años después, cuando me fui. Así que la vida de iglesia en Asunción, estaba muy buena, lo pasé muy bien ahí con los hermanos. Apenas llegué, ellos me empezaron a decir te tenés que quedar acá, porque te criaste en la vida de iglesia, podés ayudarnos con los jóvenes. Y dije no, para qué me voy a quedar en este país atrasado y del tercer mundo, yo me vuelvo a Buenos Aires. Me dijeron no, no quedate, quedate, que este es un… acá le, te va a gustar Asunción. Bueno, Asunción me gustó mucho, es una ciudad muy floreada, verde, olor a plantas y conseguí trabajo, increíblemente, para enseñar inglés en la embajada china. Entonces, me entrevisté con el embajador chino, con el general Wang y él me ofreció trabajo. Me dice, bueno, quiero que les enseñes inglés a mis guardaespaldas y yo quiero practicar inglés con alguien. Bueno, ahí entonces, empezamos a practicar inglés. Los guardaespaldas eran policías militares de, de Taiwán, así que estuve ahí dos años, me pude sostener a mí mismo, eh… ayudé en la iglesia en Asunción, todo lo que pude, ¿no? Con un hermano que el hermano le habían enviado a Asunción. Así que me quedé ahí, traducía, ayudaba en la traducción de los mensajes en reuniones cristianas y trabajaba en la embajada china. Después, me fui de ahí a