Authentic Spanish videos for language learning

Así era la guerra en El Salvador

Geographic Region:
Country of Birth:
Age Range:
, ,

Transcript

>>i: ¿Me puede platicar más de la guerra? >>s: Y… esta… bueno, fue algo bien difícil, esta… ah… fue algo bien terrible, ah… tuve muchas experiencias en veces cuando iba al instituto donde estudiaba, en veces, se encontraba la guerrilla. Y pues… donde yo caminaba eran calles tan estrechas, que sólo cabía una persona, no cabían dos porque, o sea, estaba el espacio así tan pequeño, que de aquí para acá, era un río. Si te salías, era un río y de aquí para acá, era una montaña y era peligroso que te salieras, porque te podían hacer algo. Entonces, yo en veces iba yo solita para la escuela o para el instituto, ya cuando tenía diecisiete, dieciocho años y yo no más, me quedaba parada así en la orilla, para el lado de, del monte y ellos pasaban. A veces, pasaban hasta mil y yo no más estaba ahí, pidiéndole a Dios que me guardara, y que no me fueran a hacer nada malo. Y nunca me hicieron nada malo. La guerra fue algo muy difícil. Ay yo perdí familia que quiero mucho, ah… incluso perdí un primo, primos de mi papá, perdimos mucha familia que queríamos, nunca encontramos sus cuerpos. Ah… fue bien difícil, ah… yo estaba bien limitada en mi juventud, o sea, mi vida fue no más ayudar a mis padres y la escuela, nada más que eso y tenía miedo a salir largo, porque nunca sabías con quién te ibas a encontrar y qué te podía pasar. Uhm… pero, una vez ah… yo iba para el instituto, porque yo madrugaba mucho, porque como tenía que caminar una hora y pues era tan difícil la situación, como yo me crecí, que nosotros no teníamos un reloj esta… y no había luz eléctrica. En la mañana te levantabas y te levantabas a bañarte al río, entonces, yo nada más llevaba un candil, que es otro instrumento indígena, que aquí no se conoce, pero allá nosotros, con eso nos alumbramos con un candil. Ahora no, porque hay luz eléctrica, pero cuando yo me crecí. Bueno, la luz eléctrica llegó a ese lugar hace como, creo… tres años, todo ese tiempo atrás, ah… mi familia usaba un candil. Entonces… esta… yo en veces me levantaba… bueno, la señal mía era un lucero que salía en la mañana, era, era bien chistoso, pero ah… como mi mente tenía como un reloj, no sé qué, pero había una hora que me despertaba y era, justamente, la hora de la escuela. Y esta vez, no sé qué pasó, el lucero salió tan de mañana y bueno yo estaba, me fui al río a bañarme y el candil… hizo tanto viento, estaba oscuro y se me apagó el candil, pero lo bueno, es que yo sabía como regresar aun en el oscuro y regresé a mi casa, hice desayuno. Me fui, esa vez, me acuerdo que yo iba a buena hora, y encontré muchísimos, muchísimos soldados y pues, yo no me podía mover, sólo me quedé parada, porque si me movía, pues no había espacio para que ellos caminaran, yo caminara, porque eran así las calles, miraban… así mira, y yo no más me paraba aquí, no me movía y que ellos pasaran, porque si me hacía para acá, era un río y es peligroso, si te hacías para acá, era una montaña y era muy peligroso. Cuando una jovencita se mete en la montaña, da la oportunidad para que le hagan daño o la maten. Así era la guerra en El Salvador. Entonces, yo me quedé parada ahí no más, pidiéndole, yo decía, Diosito, cuídame, protégeme, que nadie me toque, cuídame. Y bueno, esa vez pasaron, yo creo, como unos quinientos soldados y bueno, dije yo gracias a Dios, ya se fueron, voy a llegar tarde al instituto. Y el instituto donde yo estudiaba, para… todo era cerrado, a la entrada había un portón, entonces, ese portón a las siete y veinticinco de la mañana, estaba cerrado y estaba un hombre ahí, el portero, y este hombre no te dejaba pasar, si no miraba que las cosas que tú dabas por llegar tarde era justa. Y si no te castigaban. Esa vez ah… yo encontré los soldados y me atrasaron y adelantito encuentro la guerrilla y también no, eran dos guerrilleros y empezaron a hacer pláticas conmigo, y bueno yo nada más escuchándolos, porque si no los escuchaba pues te mataban, no tenías otra opción que escucharlos. Entonces, ya cuando se se fueron, me dice si dices que nos viste te vamos a cortar la lengua, te vamos a ir a matar a tu casa. Y yo estaba ¡ay, Dios mío! Yo no voy a decir nada. Y llegué al instituto y llegué tarde y estaba el portero ahí, y dice ¿por qué llegas tarde? Y yo no podía hablar, porque si hablaba estaba en problemas… esa vez y yo Dios mío ¿qué voy hacer? Y esa vez me castigaron, me castigaron injustamente. Pero, bueno esta… gracias a Dios, fue un momento difícil que viví, pero mi mamá, mi papá y mis hermanos, a ellos no les pasó nada, todos están bien. Y bueno, así muchas historias, ah… cuando viajaba a estudiar, porque eran dos horas diarias que caminaba y muchas situaciones difíciles, pero, pues, gracias a Dios, ya pasé eso, ya salí de eso.